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Elisabetta Piqué
ROMA, 10/08/2020
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El asalto al Vaticano continúa.
Aunque fracasó en su primer intento de "golpe" contra el Papa,
ocurrido en agosto de 2018, cuando un
exnuncio en Estados Unidos, respaldado por un rico grupo ultraconservador
norteamericano, acusó a Francisco de encubrir a un excardenal
norteamericano y pidió su renuncia, ahora, el mismo grupo "teocon",
volvió a la carga. La nueva operación, planificada minuciosamente, tiene que
ver con dos libros recientemente salidos a la luz en Estados Unidos que,
curiosamente, tienen el mismo título: The Next Pope (El próximo Papa).
Escritos por dos autores que nunca ocultaron su discrepancia con el papa del
fin del mundo, estos intentan anticiparse al cónclave que elegirá al sucesor
de Jorge Bergoglio e influenciarlo.
Un libro es obra del muy conocido escritor George Weigel, prestigioso
historiador y académico católico, biógrafo de san Juan Pablo II —de quien fue
muy amigo—-, que en su libro analiza el estado actual de la Iglesia Católica e
intenta trazar una semblanza del próximo pontífice. El perfil que delinea
Weigel puede fácilmente resumirse en: 'no el papa Francisco', graficó el
sacerdote norteamericano John Strynkowsk, que trabajó durante años en el
Vaticano, en una reseña publicada en la revista jesuita norteamericana America
Magazine. "El libro es una poco sutil crítica del actual obispo de Roma.
En sus 133 páginas conté al menos 62 veces el uso del verbo 'debe' en relación
con lo que el próximo papa tendría que hacer", apuntó, sin ocultar su
desconcierto.
El otro autor es el periodista británico Edward Pentin, corresponsal del
National Catholic Register, medio de la cadena católica norteamericano
tradicionalista EWTN y, como Weigel, siempre muy crítico de Francisco, que al
margen de hablar de una posible renuncia suya al trono de Pedro, directamente
presenta una lista y los "boletines" de 19 papables.
Entre ellos aparecen varios cardenales conservadores que en los últimos
años han sido la punta de lanza de la oposición a Francisco, como el
norteamericano Raymond Leo Burke —exprefecto del Tribunal Supremo de la
Signatura Apostólica, algo así como la Corte Suprema del Vaticano y actual
patrono pontificio ante la Orden de Malta—, el alemán Gerhard Muller —exprefecto
de la Congregación para la Doctrina de la Fe— y el africano Robert Sarah,
prefecto de la Congregación del Culto Divino.
Las dos obras, interpretadas por los vaticanistas como un nuevo ataque
contra el papa venido desde el fin del mundo, han sido publicadas por
Ignatius y Sophia Institute Press, editoriales católicas norteamericanas
relacionadas con un fuerte sector económico conservador de la Iglesia, formado
también por grupos empresariales y mediáticos muy influyentes —muy vinculados
al Partido Republicano—, que no digieren la visión de Iglesia de Francisco.
"Che-Guevara Pope"
A través de millonarias donaciones a la Santa Sede, este grupo logró tener
mucha influencia en los sagrados palacios del Vaticano durante los dos
pontificados anteriores. Pero todo cambió con Francisco: un papa para ellos
demasiado atento a los pobres, demasiado progresista, considerado
"hereje" por su pastoral inclusiva de los homosexuales y los
divorciados vueltos a casar. Y que representa un escollo para sus intereses
debido a sus posturas "verdes", su prédica sobre el cambio climático,
su posición contraria a la pena de muerte y sus ideas económicas, que no son
otras que las de la doctrina social de la Iglesia, pero que para ellos son las
de un comunista, las de un "Che-Guevara Pope".
"Al margen de que no hay síntomas de fin de pontificado, sino un Papa
de 83 años y buena salud que gobierna con más independencia de la curia vaticana
que sus predecesores, los títulos de los dos libros, The next Pope,
suenan a muchos católicos norteamericanos algo así como 'la próxima esposa' en
un matrimonio sereno sin indicios de divorcio", comentó a LA NACION
Juan Vicente Boo, veterano vaticanista del diario español ABC, que fue durante
años corresponsal en Estados Unidos.
"Cada uno a su manera, los autores de ambos libros pretenden orientar
a los cardenales electores sobre a quién deben votar cuando entren en la
capilla Sixtina", agregó, al destacar que, en verdad, el disparo de salida
para influir en la elección del próximo papa y, al mismo tiempo, debilitar al
actual, fue el lanzamiento del proyecto "Red Hat Report", en 2018, en
la Escuela de Negocios Busch de la Catholic University of America, financiada
por el multimillonario californiano Tim Busch en Washington.
Con muchísimo dinero, este grupo está investigando vida y obra de los
cardenales electores, armando carpetas con información sobre cada uno de ellos
para usar a su debido tiempo. El fin es asegurarse que el sucesor del papa
jesuita sea de su agrado. "El equipo contaba con diez exinvestigadores del
FBI, a los que posteriormente se añadieron expertos de la CIA", destacó
Boo.
Más allá de la salida de los dos libros con el mismo título, lo que más
hizo ruido en las últimas semanas fue que el cardenal norteamericano Timothy
Dolan, arzobispo de Nueva York, muy vinculado con la cadena EWTN y nada cercano
a la visión de Iglesia del Papa —como buena parte del episcopado norteamericano—,
no tuvo mejor idea que enviarle a todos los miembros del colegio cardenalicio
una copia del libro de Weigel, junto una carta. Al margen de ser considerada de
mal gusto, la movida de Dolan, de 70 años, fue interpretada por algunos
purpurados como un intento de posicionarse para el rol de "cardenal
elector" en el próximo cónclave, es decir, como alguien que orienta a los
demás a la hora del encierro en la capilla Sixtina.
Micheal Sean Winters, editorialista del National Catholic Reporter —semanario
católico progresista— no ocultó su desagrado ante lo que tildó como otra
operación "fraudulenta del proyecto neoconservador" de su país. "La
oposición a Francisco manifestada por Dolan y Weigel es como el comportamiento
de un niño al que le han sacado el juguete", opinó también, al recordar
que Dolan, en tiempos de Juan Pablo II y Benedicto fue alguien muy admirado,
"una estrella en ascenso" y hasta fue papable; y que Weigel fue
siempre considerado el intérprete más fiable del pontificado de Karol Wojtyla y
el único laico con acceso al departamento papal. Pero para ellos todo cambió
con la elección de Francisco y por eso esperan su revancha en el próximo
cónclave.
Desde el entorno del Papa, minimizan el ataque y aseguran que no está nada
preocupado con la salida de estos dos nuevos libros: "él con todo esto se
divierte —aseguró una fuente— porque sabe que será el Espíritu Santo quien
indicará su sucesor, no los lobbies".
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