Jose
Mari Kortazar
Fallecidos el 7 de abril de 1937 en Zeanuri
Florencio Etxebarria,
pastor, Beretxikorta
Ramón Etxebarria, pastor,
Beretxikorta
Jesús Urutxurtu, niño,
Plaza
Esteban Astondoa,
labrador, Zulaibar
Benito Atutxa, párroco
de Zeanuri, Plaza
León Zuluaga,
baserritarra y concejal nacionalista, Plaza
Vicente Ocerinjauregui,
franciscano, Altzua. Su cadáver no se ha encontrado todavía.
Hilten banabe, lehenago zerure
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“Si me
asesinan, antes (iré) al cielo”. Esta frase que decía Don Benito párroco de
Zeanuri, en aquellos tiempos convulsos de la guerra civil, se convirtió en
profética. La parroquia de Andra Mari Zeanuri recordará a las 7 víctimas
mortales del día 7 de abril en su ochenta aniversario. Este año Domingo de
Ramos, 9 de abril, en la misa de 11:30.
Don
Benito Atutxa Agirrelezeaga nació un 21 de marzo de 1882 en el caserío Lezea,
hijo de Donato y Micaela, según nos recuerda Don Pedro Atutxa en un cuadro, con
su fotografía y una reseña de su vida, visible en una pared de la sacristía de
la Parroquia de Santa María de Zeanuri.
Don
Benito, entre otras obras, fue el propulsor de ampliar la ermita de Igiriñao,
en el Gorbea.
Gorbeiako
baseliza handitzeko asmoa
Baselizatxo hau benetan txikia zan, barruan
bi lagunentzako tokia baino ez egoan-eta. Hori dala-ta –halaxe gogoratzen
deusku Gurutzi Arregik- On Benito de Atutxak baseliza handiagoa egiteko
baimena eskatu eban, “txangozale eta inguru haretako bizilagun apalentzat”.
Planoak ere gordetzen dira Labayru Ikastegian; baita baimen-eskaria eta dirua
batzeko propaganda-batzordearen datuak ere; baina ahalegina bertan behera
geratu zan.
Baseliza
barrirako dirua batzeko Batzordea:
Benito de Atutxa (Zeanuriko parrokoa)
Concepción Gangoiti de Uriarte
Isabel Azkue de Belausteguigoitia
Juana Chalbaud de Rotaeche
Antón de Echevarria (Gorbeiako artzaina).
Zeanuri, 1931ko bagilla
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Un fatídico 7 de abril,
unos milicianos que venían de retirada desde el frente de Legutio entraron en
Zeanuri y mataron a Don Benito y su sobrino León Zuluaga, concejal nacionalista
del ayuntamiento de Zeanuri, dejando sus cuerpos tirados en la plaza.
Un poco antes, bajando el
puerto de Barazar en desbandada, en el caserío Beretxikorta, habían asesinado a
sangre fría a los pastores Florencio Etxebarria y Ramón Etxebarria.
No fueron los únicos
muertos de aquel trágico día. El
bombardeo de los nacionales contra una batería artillera sita en el bario de
Zulaibar produjo la muerte de Esteban Astondoa, en dicho barrio, y del niño
Jesús Urutxurtu, en la plaza del pueblo.
Sobre el bombardeo del
pueblo de Zeanuri tenemos un testimonio excepcional en un diario manuscrito de
un miembro de la familia Rotaeche.
“… para llevarnos al refugio de debajo del puente donde nos trasladamos
todos hasta que anochece y ya no hay temor al bombardeo. Allí se dan escenas
trágicas como la de una viuda que le avisan que una bomba acaba de sepultar a
su hijo. Aquella mujer pierde la razón y es horrible oírle los gritos de
angustia” (diario manuscrito de Elena Rotaeche).
El diario se refiere,
pues, a la muerte del niño Jesús Urutxurtu y su madre viuda, Rosario Fernández de Larrinoa, a la sazón
viuda y madre de cinco hijos.
El niño Jesús en brazos
de su madre Rosario
El manuscrito, unas páginas más adelante, narra lo siguiente:
“Al día siguiente a la mañana viene Eleuterio (que había estado también
en Miravalles) y nos da la horrible noticia de que aquella noche han matado los
asturianos se cree, a Don Benito y León. Nos quedamos aterrados pues estuvimos
con ellos hasta que nos fuimos a Bilbao”.
Un retrato de Esteban
Astondoa, fallecido en Zulaibar aquel día por el bombardeo, lo recoge el
historiador local Jon Urutxurtu en su libro Arratia
posta txartelan. Una postal a color donde se encuentra trabajando el campo
junto a dos mujeres con este título: “Labradores del caserio Uberca”, con la
siguiente leyenda:
“Koloretan inprimaturiko posta txartela.
Ugerka baserriko Esteban Manterola (mutikoa), Dominica Ureta (ama), Juana
Astondoa (Amona). Esteban Astondoak bizia galdu zuen 1937ko apirilaren 7an,
Zeanurin gertatu zen nazionalen aire-bonbardaketaren ondorioz”.
Don
Martín Orbe, en su introducción al libro Consejos
de guerra contra el Clero vasco. La Iglesia vasca vencida, habla de seis
muertos en aquella negra jornada. No son pocos en un pueblo tan pequeño alejado
del frente. Lo cierto es que hay que añadir uno más: el franciscano Bizente
Ocerinjauregui Uria.
Bizente
había nacido en el caserío Goikiri de Zeanuri el primero de octubre de 1899,
hijo de Benito y María. Estando en un caserío del barrio de Altzua, unos
milicianos lo sacaron de casa y nunca más se encontró su cuerpo. Si los
milicianos eran asturianos, alguien del pueblo tuvo que señalarles donde
residía aquellos días, el fraile Bizente. Una séptima víctima, cuyo cadáver no
se ha localizado.
Luis,
un hermano del fraile, siguió a los milicianos. Uno de ellos se volvió y le
amenazó: “Si nos sigues vas a acabar como él”, nos narra un familiar, todavía
emocionado por el recuerdo de esta anécdota familiar tantos años mantenida en
silencio.
Osaba
Bizenteren heriotza
Osaba Bizente Santandergo komentu baten
egoan, eta komentua hutsitu egin eben. Halan etorri zan etxera, Altzuara.
Altzuan San Joanen emoten eban mezea, etxekoei laguntzen eutsien, eta auzoan
egoan gaixo bat bisitatzen eban.
Apirilaren 7an, eguneroko moduan, gaixoa
bisitetan joaiala, bere eske etorri ziran milizianuak, eta harrapatu egin
eben. Osabeak eskatu eutsien milizianuei etxekoari agur egiten ixteko. Eta
milizianu batek lagunduta agur egiten itxi eutsien. Etxekoen nahigabea
ikustean, osabeak esan ei eutsien berak euren ardura eukela. Etxekoek
(osabeak eta anaiak) atzetik jarraitu eutsien, urrintxotik, norantza eroein
ikusteko, baina soldaduetako batek, apur bat taldetik atzeratuta, esan
eutsien ez jarraitzeko, bestela pagu bardina emongo eutsiela eta.
Etxekoak auzoan eta inguruan preguntez ibili
ziran ea inork ikusi eben inon, eta, antza, Txominen denda portalean ikusi
eben azkenengoz.
Harrezkero, gorpuak agertzen ziranean joaten
ziran ikusten bera izan eitekean. Baina ez zan gehiago bere barririk izan.
Bizente Ozerinjauregiren loba batek kontatua
|
El 9 de abril, Domingo de
Ramos, este año la parroquia de Zeanuri recordará a estas siete víctimas de la
sinrazón y el odio, de la violencia descontrolada. Y volverá a recordar: “Herri
honek bake-mina”. Será en la misa de las 11:30 junto al relato de la pasión de
Jesús representada por los niños, chavales y jóvenes de esta parroquia
arratiana.
Anexo
Rescatamos aquí unas
páginas del prólogo de Don Martín Orbe antes citado, para aclara el contexto de
esta semana en Zeanuri:
“Zeanuri fue un pueblo
muy marcado por la guerra civil por las actuaciones prepotentes y abusivas de
la minoría carlista del pueblo durante la guerra, por la cercanía del frente
estacionado tanto en Legutiano-Barazar como en el Gorbea y por la coincidencia
de acciones de guerra y sucesos luctuosos acaecidos entre los días 6 y 7 de
abril de 1.937.
Efectivamente, una compañía de
republicanos asturianos, de filiación comunista, que iban de retirada,
despechados por su fracaso en la ofensiva del frente de Legutiano-Barázar,
mataron a sangre fría a Florencio Etxebarria y Ramón Etxebarria, pastores
ambos, que vivían en dos caseríos contiguos del barrio Beretxikorta, situados
a la vera de la carretera según se baja el puerto de Barazar. Mataron incluso
a sus perros.
Al llegar al casco del pueblo, camparon a
sus anchas, entrando en las casas, saqueando y robando cuanto podían y
amedrentando a la gente. D. Benito Atutxa, acompañado de un sobrino suyo,
León Zuluaga, concejal nacionalista del Ayuntamiento, que justamente había
venido con la idea de llevar al tío a su caserío porque allí estaría más
seguro, se les enfrentó, rogándoles que por lo menos respetaran a las
personas. Les mataron a los dos y arrojaron sus cadáveres a las zarzas del
borde de la carretera. D. Benito Atutxa era natural de Zeanuri y párroco de
su parroquia de Santa María entre los años 1.922-1.937. Sacerdote muy celoso,
la gente de Zeanuri comentaba con entusiasmo sus muchas iniciativas y
actividades pastorales todavía el año 1.958 cuando yo me incorporé a la
parroquia de Santa María de Zeanuri.
Estos hechos resultan más dolorosos al
haber sido perpetrados por una compañía de republicanos, aliados de los
vascos en la guerra. Por otra parte, en la confusión de aquellos días en los
que Zeanuri había sido bombardeado por los nacionales, hubo gente, incluso
entre familiares de D. Benito, que culparon al ejército vasco de estos
asesinatos. Una más entre las tragedias y sinrazones de la guerra civil.
El bombardeo realizado por los nacionales
el mismo día tuvo por objetivo destruir la batería tanto de artillería ligera
como pesada situada en el barrio Zulaibar. Además de los destrozos en
edificios e instalaciones, fueron bastantes los civiles heridos; e incluso,
dos muertos, Esteban Astondoa en el
citado barrio Zulaibar y el niño Jesús Urutxurtu en la Plaza del pueblo. Seis
muertos!”
Martín Orbe
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