Los obispos
españoles recomiendan "sencillez" y "dignidad" para las
fiestas de Primera Comunión que se celebran en esta época del año y desde la
Conferencia Episcopal proponen a los niños donar una parte de las propinas que
reciban como regalo a los refugiados o a los vecinos que están en paro. Unos
245.000 niños reciben cada año este sacramento.
"Desde la
Iglesia buscamos más el compartir, por ejemplo, de las propinas recibidas
entregar una parte para los niños necesitados de lejos —los refugiados, en Ucrania,
Ecuador o a los misioneros— y de cerca —vecinos en paro, Cáritas—", ha
subrayado a Europa Press el director del secretariado de la subcomisión de
Catequesis de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Luis Martín
Barrios.
En todo caso,
aconsejan regalar libros o algún juego educativo mejor que móviles o
videojuegos, pero siempre "como detalle" ya que "en el niño debe
quedar vivamente marcado que el gran regalo de ese día es Jesús".
En cuanto al traje
de comunión, la CEE sugiere a los padres que los niños vayan vestidos "de
calle", que les pueda servir después en la vida ordinaria y cuidando los
principios de "sencillez y dignidad". "La Iglesia sí incide en
que los niños y niñas vayan limpios por dentro y guapos por fuera",
subraya Martín Barrios, al tiempo que destaca la iniciativa de algunas
parroquias y colegios que ofrecen la posibilidad de que los niños vayan
vestidos con túnicas con el fin de evitar diferencias sociales y gastos
superfluos.
Asimismo, sobre el
banquete, la Conferencia Episcopal indica que es "bueno" celebrar la
Primera Comunión con la familia y amigos, al igual que todos los grandes
acontecimientos, pero "con prudencia y manteniendo el sentido cristiano
del compartir".
"A veces, es
verdad, es tal el despilfarro que se contradice de raíz con lo que se celebra y
se cae en la mundanidad. Pero también es cierto que gracias a las directrices
de las parroquias y a la crisis económica, se avanza progresiva y adecuadamente
en esas dos claves: sencillez y dignidad", apunta.
Acerca de la
evolución de las celebraciones de Primera Comunión, la CEE asegura que ha
permanecido lo esencial, es decir, los procesos de iniciación cristiana donde
se cuida la dimensión catequética, celebrativa y espiritual, siempre de acuerdo
con la edad de los niños y niñas que suelen tener entre 9 y 10 años.
Sí, están Babia. Hace ya bastantes años que tenían que haber dicho y actuado tal y como ahora declaran. Pero entonces hablaban de otra manera, señalando que lo de los gastos y los vestidos eran cosas secundarias... y excusas semejantes que dan vergüenza ajena. Y dejaron a muchos agentes pastorales en la estacada. Parece que el papa Francisco les ha espabilado un poco. Así que yo añadiría a lo de Babia aquello de "¡a buenas horas mangas verdes!"
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