martes, 9 de diciembre de 2014

Brasil estudia la posible ordenación de ‘viri probati’

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El Episcopado crea una comisión para buscar soluciones a la escasez de sacerdotes

(V.N.: J. L. CELADA)

El obispo de Xingu, en la Amazonía brasileña, Erwin Kräutler, considera que “la ordenación de laicos casados no representa un riesgo de perder el tipo de sacerdote tradicional”, sino una solución alternativa para paliar la escasez de presbíteros en un país donde el 70% de las comunidades están privadas de la Eucaristía dominical. Tal es su preocupación que, bajo su dirección y la del cardenal Cláudio Hummes, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) acaba de constituir una comisión para estudiar la posibilidad de ordenar viri probati (varones probados), hombres casados de fe demostrada en el seno de una comunidad.

Según informa la agencia americana Religion News Services, ambos prelados presentaron su propuesta al resto del Episcopado a raíz de la visita que Kräutler realizó el pasado 4 de abril a Roma, donde fue recibido en audiencia por el papa Francisco. En compañía del sacerdote y teólogo Paulo Suess, el también presidente del Consejo Indigenista Misionero (CIMI) aprovechó aquella cita para compartir con el Pontífice una idea que “muchos otros prelados, principalmente en los países en desarrollo”, ya contemplan como un remedio contra la alarmante falta de sacerdotes en algunas diócesis. Tal es el caso del alemán Fritz Lobinger, obispo emérito de Aliwal (Sudáfrica), autor de títulos como Equipos de ministros ordenados (Herder, 2011) y El altar vacío (Herder, 2011), y que ya promovió la ordenación sacerdotal de diáconos casados en algunas comunidades rurales (Vida Nueva, nº 2.742).

“La situación de la Diócesis de Xingu no es excepcional”, reconoce Kräutler, quien desempeña su ministerio pastoral en la región eclesiástica territorialmente más extensa de todo Brasil. En concreto, Xingu cuenta con unas 800 comunidades y tan solo 27 sacerdotes, por lo que no pocos feligreses de las zonas más remotas no tienen acceso a los sacramentos. “Como en toda la Amazonía, en su mayor parte, las comunidades solo pueden celebrar la misa dominical dos o tres veces al año. Es muy doloroso para mí como obispo vivir con esta realidad”, se ha lamentado en más de una ocasión su pastor.

    COMUNIDAD DE COMUNIDADES Pocas fechas después de su visita a Roma, todavía embargado por la emoción de su encuentro con Francisco, el teólogo Paulo Suess reflexionaba así a propósito del tema: “La Iglesia, que es sacramento de vida, puede y debe asumir colectivamente la carencia de curas y sanarla colectivamente. Michel de Certeau, un jesuita francés muy estimado por el Papa, habla de una ‘ruptura innovadora’, de vida nueva que nace de las ruinas. Podemos imaginar un grupo de viri probati que celebra en conjunto la Eucaristía. La Iglesia los convoca y les encarga hacer comunitariamente lo que ninguno de ellos puede hacer solo. El vínculo con la comunidad y para la comunidad, en el seno de una diócesis y una parroquia, puede hacer de la Iglesia una ‘comunidad de comunidades’”.

El Papa pide una solución

Y así se lo transmitió a Francisco, interesado por conocer su parecer al respecto. “Nunca esperé que el Papa querría oír mi opinión”, confiesa Kräutler. Y aunque dijo no tener “una receta”, sí consideró “urgente encontrar una solución para que nuestros pueblos dejen de ser excluidos de la Eucaristía”. En este sentido, el propio Bergoglio se refirió a algunas “teorías interesantes”, como la ya citada del obispo Lobinger sobre los ministros ordenados que pertenecen a la comunidad y que continúan su vida familiar y profesional, desvela el prelado brasileño de origen austríaco. O los cientos de diáconos casados que ejercen su ministerio en las comunidades indígenas de la diócesis mexicana de San Cristóbal de Las Casas, en Chiapas. “Lo único que necesitarían es la ordenación sacerdotal para poder también presidir la celebración eucarística”, recuerda Kräutler.

Se trataría –en palabras del ß, que el obispo de Xingu toma prestadas– de que los pastores de una determinada región presenten “propuestas muy concretas y audaces”. “Me dijo –añade– que se esperaba y buscaba este tipo de propuestas de los obispos”. Y eso es lo que ahora pretenden desde la CNBB: enfrentar un problema casi crónico como la escasez de sacerdotes, sobre todo en las comunidades amazónicas, estudiando la posibilidad de ordenar viri probati. Una medida que no serán los primeros en aplicar, pero que la realidad eclesial y geográfica del inmenso país latinoamericano reclama con urgencia.








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