N. S.
con Nacional Catholic
Reporter
Los obispos alemanes han
aplazado “sine die” la nueva traducción al alemán de la tercera edición típica del
Misal romano que debía entrar en vigor a partir del primer domingo del Adviento
de 2013. Y lo hacen desaprobando el trabajo de la comisión “Ecclesia celebrans”
nombrada por la
Congregación para el culto divino y la disciplina de los
sacramentos.
La asamblea plenaria del
episcopado alemán, reunida el pasado septiembre en Fulda (centro de Alemania), tenía
que aprobar esta nueva traducción preparada por la comisión “Ecclesia celebrans”
presidida por el cardenal Joachim Meisner, arzobispo de Colonia.
Pero, según el National Catholic Reporter, los obispos alemanes han señalado que la traducción presentada a los prelados alemanes, austriacos y suizos está necesitada de “una mayor clarificación”, además de ser necesario precisar en los próximos meses “las competencias de las conferencias episcopales responsables en su publicación final”. “De momento, no podemos dar ninguna otra información”, se ha indicado desde la conferencia episcopal alemana.
Roma exige una traducción literal del latín
De la misma manera a como procedió con ocasión de la traducción inglesa, confiada al comité “Vox clara”, la Congregación para el culto divino también había nombrado para la traducción al alemán una comisión especial. Pues bien, tomando una decisión inédita, los obispos alemanes han decidido reivindicar su competencia en esta materia.
Esta decisión de los obispos germanoparlantes muestra las dificultades de apreciación que tienen con la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos; dificultades que ya se evidenciaron en las numerosas críticas contra la versión inglesa del Misal romano.
Según el blog de liturgia “Pray Tell”, los obispos de habla alemana “se habrían opuesto radicalmente a un lenguaje litúrgico que no es el del pueblo. Por eso, habrían rechazado la traducción literal solicitada por Roma”. En vez de limitarse a traducir las palabras latinas, desearían que el sentido y el significado de lo expresado en latín fuera vertido con arreglo a las posibilidades de la lengua alemana. Además, han entendido que la nueva traducción era estilísticamente inferior a la actual”.
Ésta es una decisión que tiene consecuencias prácticas muy problemáticas: 3,6 millones de ejemplares de la nueva edición del “Gotteslob” tenían que estar listos para el Adviento de 2013, incorporando en un anexo las nuevas traducciones litúrgicas, ahora desaprobadas por los obispos. Un primer lote ya había sido enviado a la trituradora por problemas de impresión, el otro presenta, a partir de ahora y en parte, una traducción no aprobada que ya no es de recibo.
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