Las autoridades cubanas solicitan el apoyo de los protestantes en la recuperación de valores morales y cívicos

AFP

El vicepresidente cubano Miguel Diaz-Canel ha solicitado la ayuda de las iglesias protestantes de Cuba para recuperar valores morales, cuya degradación ha sido, recientemente, denunciada por el presidente Raúl Castro. Así lo ha comunicado el martes 16 julio de 2013 el diario oficial Granma.

Después de reunirse con una docena de representantes del movimiento ecuménico cubano, el número dos del gobierno ha subrayado “la necesidad de no ver únicamente la prosperidad bajo el prisma del desarrollo económico” y ha afirmado que “el bienestar material no conduce automáticamente al restablecimiento de los valores”.

“Las dos partes se han felicitado por este intercambio de pareceres en el curso del cual se han abordado dos preocupaciones comunes: la defensa de los valores y la importancia del familia”, informa el diario del Partido comunista de Cuba (PCC).

“Percibimos con dolor el deterioro creciente de los valores morales y cívicos”

En el transcurso de la primera de las dos sesiones anuales del Parlamento cubano, el presidente Raúl Castro denunció la pérdida de “valores morales y cívicos” en la sociedad cubana y el alza de las conductas “marginales y delictivas”. “Percibimos con dolor el deterioro creciente de valores morales y cívicos tales como la honestidad, la decencia, la dignidad, el bien hacer, la honradez y la sensibilidad con respecto a los problemas de los demás”, afirmó el presidente cubano.

El presidente del Consejo de las Iglesias de Cuba (CIC), que agrupa a una cincuentena agrupaciones protestantes, el pastor presbiteriano Joel Ortega, ha propuesto un estudio conjunto sobre la familia y su papel en la sociedad con el fin de que “la información llegue a todas las congregaciones religiosas”, según Granma.

Las autoridades cubanas mantienen desde varios años un diálogo permanente con los representantes de la Iglesia Católica en Cuba, de la que forma parte alrededor del 10 % de la población. La gran mayoría de los cubanos son adeptos a un sincretismo informal que mezcla cristianismo y ritos africanos.