En Alemania, 500 curas contestan la traducción del nuevo Misal
37212. Berlín- Adista
Ludovica Eugenio
La nueva traducción en lengua alemana del Misal promovida por el Vaticano no gusta, ni desde el punto de vista formal, ni desde el sustancial o teológico. Es lo que afirman, mediante una carta a los miembros de la Conferencia Episcopal Alemana, cerca de 500 curas alemanes, miembros de la Pfarrer-Initiative (Iniciativa de curas llamando a la desobediencia), temiendo que esa traducción sea definitivamente adoptada en la próxima Asamblea General de los Obispos, programada para el próximo septiembre en Fulda.
Para los curas, el mayor problema son las palabras que el sacerdote pronuncia en el momento de la consagración eucarística: “Ésta es mi sangre, derramada por vosotros y por muchos”. La modificación del texto les fue anunciada a los obispos alemanes por Benedicto XVI en abril de 2012: la expresión latina “pro multis” tendría que ser traducida “por muchos”, y no “por todos”, modificando sustancialmente la traducción hasta ahora vigente.
La petición de no alterar la fórmula de la consagración se ha formalizado mediante una carta de los curas al arzobispo de Múnich, cardenal Reinhard Marx, a los obispos auxiliares de la diócesis, monseñor Bernhard Hasslberger y monseñor Woflgang Bischof, y al vicario episcopal monseñor Rupert Graf zu Stolberg, y lleva la firma de los portavoces del movimiento de curas Albert Bauernfeind, Walter Hofmeister, Hans-Jörg Steichele, Christoph Nobs, Karl Feser y Klaus Kempter.
El texto expresa la esperanza de que en la celebración eucarística se emplee una lengua que “ayude a los hombres y mujeres de nuestros días a dialogar con Dios y participar activamente en la liturgia”. La nueva traducción, se dice, es “muy poco poética y sugerente” e incrementa los problemas ya existentes, hasta el punto de activar en muchos sacerdotes la posibilidad de rechazarla por motivos de conciencia.
En el documento también se hace referencia a los primeros días del pontificado de Francisco, un papa que con sus gestos se manifiesta dispuesto a establecer una relación colegial más intensa con los obispos y a tomar las medidas necesarias para reducir el papel de Roma y el centralismo vaticano. Concretamente, los curas desean que el nuevo papa “reconozca de nuevo a los obispos el derecho a ejercer las funciones propias de su ministerio sin la tutela de la Curia romana”.
A la luz de estas consideraciones, instan firmemente a los prelados de la archidiócesis de Munich a que no aprueben el nuevo texto y a que se continúe utilizando la traducción empleada hasta el presente.
Los curas recuerdan, al respecto, las palabras del papa sobre el concepto de armonía en la diversidad, recogidas en una entrevista concedida por Bergoglio a la publicación mensual 30Giorni (2007 n. 11/07), cuando era arzobispo de Buenos Aires: “En la Iglesia la armonía la hace el Espíritu Santo. Uno de los primeros padres de la Iglesia escribió que el Espíritu Santo “ipse harmonia est”, Él mismo es la armonía. Él sólo es el autor al mismo tiempo de la pluralidad y de la unidad. Sólo el Espíritu puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y al mismo tiempo hacer la unidad. Cuando nosotros nos ponemos a generar diversidad nos surgen los cismas y cuando nos ponemos a promover la unidad engendramos uniformidad, homologación. En Aparecida colaboramos con esta tarea del Espíritu Santo”.
Más aún: “El hecho de permanecer, de ser fieles, es ya una solución. Cuando se permanece en el Señor, se sale de uno mismo. Paradójicamente, justo porque se permanece, se es fiel, se cambia. No se es fiel, como sucede con los tradicionalistas o los fundamentalistas, a la carta. La fidelidad es siempre cambio, florecer, crecimiento. El Señor favorece el cambio en quien le es fiel. Esto es la doctrina católica”.
En 2007, el Consejo Presbiteral de Rottenburg-Stuttgart votó a favor del mantenimiento de la traducción inclusiva “por todos”, juzgando que la del Vaticano, “por muchos”, era ambigua. “La promesa de salvación de Dios, se lee en un comunicado de prensa difundido por el Consejo Presbiteral, es válida para todas las personas. Es una verdad de fe que se recoge y se expresa de modo más claro en la fórmula ‘por todos’”.
Mes y medio antes, fue el Consejo Presbiteral de Augsburgo el que sostuvo lo mismo pidiendo al obispo, monseñor Walter Mixa, “defender ante el Vaticano y la Conferencia Episcopal Alemana” la posibilidad de seguir traduciendo la expresión del Misal romano “pro multis” como “por todos”. Poco antes de proceder a la votación, intervino el rector de la academia Católica de Baviera, padre Florian Schuller, subrayando que la historia de los textos más importantes de la liturgia se encuentra “íntimamente inscrita en las conciencias” y que un cambio como el prescrito por Roma provoca polarizaciones y protestas en las parroquias.
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