lunes, 15 de abril de 2013

Católicos en la vida pública

Es un hecho reconocido que nuestra iglesia es plural, y que dentro de ella participamos personas que tenemos ideas, pertenencias, gustos y fidelidades diversas, aún cuando todos decimos ser seguidores de un mismo Jesucristo, y compartir la fe en el mismo Dios.
Exponente de la diversidad son las numerosas manifestaciones públicas que en este tiempo y con carácter religioso aparecen en los muchos trípticos de propaganda que llegan hasta nuestras manos.
Nos podríamos referir a varias concentraciones que últimamente se han programado en nuestro entorno social y eclesial de Bizkaia, pero lo vamos a hacer a una en particular. Se trata de la convocatoria lanzada por la asociación católica de propagandistas a las VIII jornadas sobre católicos y vida pública
Para quienes no la conocen simplemente señalar algunos rasgos que  identifican a esta asociación según ellos mismos se definen:
1.       Una agrupación de seglares católicos con personalidad jurídica eclesiástica y civil
2.       Una persona jurídica privada de la Iglesia (Decreto CEE 20 de noviembre de 1992) cuyo carisma se orienta a la propagación de la fe católica y al apostolado, formando e instando a sus miembros para que tomen parte activa en la vida pública y sirviendo de nexo de unión de los católicos.
3.       Una asociación de laicos que por una parte, une la vida intelectual y de estudio con la vida de piedad, orientándolas al servicio de la Iglesia, por la que se tiene un profundo amor filial; y por otra, que prima la iniciativa privada de sus asociados, con propia autonomía para la acción y determinación, dentro del cauce marcado por sus Estatutos.
En principio no encontramos en estos rasgos nada censurable, pero si indagamos algo más en su historia y sus vinculaciones, las cosas cambian.
Es sabido que en los últimos 50 años se han ido desarrollando una serie de entidades que provienen del movimiento laico católico conservador…

Tal y como viene a señalar el sociólogo de gran reconocimiento internacional Narciso Pizarro,
Lo que todos estos movimientos tienen en común es una novedosa mezcla de modernas y efectivas técnicas de comunicación y de capacidad de presión política conjugadas con las creencias morales más fundamentalistas.

El resultado es un mensaje extremadamente tradicionalista y conservador que se extiende por internet junto con creencias morales anteriores a la Ilustración propagadas en conciertos de música.

Estos movimientos también comparten un carácter abierto y agresivamente proselitista; representan una Iglesia combativa que sabe quiénes son sus enemigos y recluta soldados para defender, promover y extender sus creencias.

Estos movimientos con frecuencia evitan las estructuras tradicionales de la Iglesia, que ellos contemplan como ineficientes e inapropiadas para la importante tarea de ‘recristianizar’ el mundo.

Pues bien, a este sector pertenece sin duda la Asociación Católica de Propagandistas que estos días organiza sus VIII jornadas en Bilbao.

Recordamos como en una ocasión anterior nos han sorprendido, entre otras cosas, con el deseo de apropiarse de la ¨Cruz del Papa” que fue paseada por los diferentes lugares de nuestra geografía como expresión pública de la fe y con el beneplácito y entusiasta acogida de nuestro obispo y otros…

No obstante, la discreta presencia de nuestros obispos en sesiones anteriores se ha ido convirtiendo en una presencia de D. Mario Iceta que podemos considerar ya como militante. Es curiosa esta identificación y apoyo del Pastor que en los comienzos de su episcopado dijo ser obispo de todos y para todos, y que en la práctica se va progresivamente convirtiendo en el obispo de algunos para todos los que quieren secundarle en su trayectoria de carácter deicidamente conservador.

Sorprendente es también la presencia en estas jornadas del director de Cáritas de Bizkaia, Carlos Bargos, nos preguntamos si su participación se debe a un deseo sano de dar respuesta libremente a la petición que le hayan podido cursar desde la organización, por el bien que su intervención pudiera producir, o ha recibido algún otro tipo de extorsiones o presiones extrañas.

Hasta el momento no hay nada reprochable en la trayectoria del nuevo director de Cáritas, todo lo contrario, es necesario agradecer su empeño, su trabajo y su interés por dinamizar a una organización de prestigio al servicio de los más necesitados de nuestra sociedad. Pero su presencia junto con D. Mario en las jornadas de una asociación que tiene un sello tan marcadamente conservador y alineada tan claramente con grupos neoliberales,  tal y como queda acreditado por los patrocinadores del encuentro y que tanto daño están ocasionando con su política económica, no le hace al director, ni a Cáritas, ni a la diócesis de Bilbao ningún favor.

Nuestra iglesia está necesitada de signos que la desvinculen de los poderes de este mundo y la acerquen a los últimos de la tierra, tal y como Jesús, sin el propósito manifiesto de construir una iglesia, lo propugnó, y como parece haberlo entendido muy bien el Papa Francisco, lo que ha ido haciendo evidente en sus últimas comparecencias de carácter público.

SANTIAGO BILBAO

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