Otra vez Borja Vivanco, y en El Correo, claro (3 de diciembre de 2010)
Los promotores de dos cartas abiertas, primero al nuncio apostólico y luego al obispo Mario Iceta, han pasado ahora a constituir el autodenominado Foro de Curas de Bizkaia, a pesar de que no agrupará a más de dos o tres decenas de sacerdotes. Buscan posicionarse como grupo de presión, en la diócesis de Bilbao y frente al nuevo obispo, en su pretensión por defender la línea pastoral hegemónica de los años 80 y principios de los 90, oponiéndose a toda posibilidad de evolución de la Iglesia de Vizcaya y de cohesión con el resto del mundo católico. Para ello, el minúsculo foro se arroga el derecho a contar con la única interpretación válida del Concilio Vaticano II y tacha de «involucionistas» o «restauracionistas» a quienes no comparten sus planteamientos.
Ahora bien, atendiendo al perfil demográfico de los componentes del foro, quizá estemos asistiendo a un problema intergeneracional más que a un debate sobre modelo de Iglesia. La edad media de los sacerdotes del Foro de Curas de Bizkaia rondará los 70 ó 75 años. Entre los sacerdotes jóvenes, y por supuesto entre el pequeño grupo de seminaristas, este foro no cuenta con adhesiones. Si estos sacerdotes fueron muy numerosos en las décadas de los 70 y los 80, no han logrado su relevo generacional en absoluto. No han dejado tras de sí a otros sacerdotes más jóvenes que interpreten la realidad desde sus mismas coordenadas. Y esto debería invitar a los sacerdotes del foro a un sano ejercicio de autocrítica.
Cuanto más se parezca la Iglesia católica a la sociedad, seguramente ganará en simpatía, pero, a diferencia de lo que muchos creen, no por ello contará con más fieles o con nuevas vocaciones sacerdotales. El modelo de Iglesia católica que este reducido número de sacerdotes y -en definitiva- las corrientes autodenominadas 'progresistas' propugnan es similar al que distingue a las iglesias conocidas como episcopalianas o anglicanas. Son iglesias que surgieron en Inglaterra a caballo de la Reforma protestante del siglo XVI, cuyos órganos de decisión han evolucionado hasta ser casi democráticos; en donde las mujeres pueden acceder al ministerio ordenado; que aceptan el divorcio; cuyos sacerdotes no están obligados a guardar el celibato; que toleran plenamente los anticonceptivos o que hacen suyas buena parte de las demandas de los colectivos homosexuales. Son iglesias casi idílicas para los teólogos católicos 'progresistas', hasta el punto de que a menudo me pregunto qué será lo que les impide sumarse a ellas.
Sin embargo, aunque las iglesias episcopalianas o anglicanas vivan objetivamente más cerca de los valores predominantes, y gocen por ello de mejor imagen entre la sociedad civil, la sangría de fieles que vienen sufriendo en los últimos tiempos, por ejemplo en Inglaterra, es imparable y mucho mayor que la que acontece en la Iglesia católica.
De hecho en los últimos años, como resultado de la ordenación de mujeres sacerdotes y de la designación de obispos homosexuales activos, decenas de miles de sus fieles -junto a un amplio número de prelados y sacerdotes episcopalianos o anglicanos- han solicitado adherirse a la Iglesia de Roma; que, por su parte, ha ido proporcionando las facilidades para hacer realidad sus deseos de comunión plena. En cambio, apenas se conocen casos de feligreses y sacerdotes católicos que se hayan incorporado a diócesis episcopalianas o anglicanas.
¿No se pensaba que readaptando el cristianismo a las tendencias culturales tendría más posibilidades de sobrevivir en el siglo XXI? ¿Qué es lo que está ocurriendo exactamente? Las respuestas no son sencillas, pero seguramente tengan que ver con la pérdida de identidad e incluso con la asimilación del 'relativismo' moral que las iglesias episcopalianas o anglicanas han experimentado, como resultado de asumir rápidamente la nueva cultura social; fracturando así su tradición varias veces centenaria; removiendo puntos fundamentales de su doctrina y siendo víctimas de un proceso de secularización hasta en su vida interna. Algo de esto ha ocurrido también en la Iglesia católica del País Vasco, desde el final del Concilio Vaticano II hasta fechas recientes, y puede explicar en parte la acelerada y atroz descristianización de nuestra sociedad. Aun así, este modelo de Iglesia parece seguir siendo añorado por el Foro de Curas de Bizkaia; sin haberlo sometido previamente a la necesaria evaluación crítica.
Conozco a algunos de los miembros del foro. Sé de su entregada labor a la diócesis de Bilbao, casi desde adolescentes. Seguramente todos padezcan 'fatiga pastoral' al contemplar cómo, ya desde hace años, sus bienintencionadas iniciativas eclesiales han quedado muchas veces truncadas; no tanto a causa de la 'involución' o 'restauración' que la Iglesia católica ha ido atravesando y sí como resultado de la sociedad secularizada en la que vivimos, con la que ellos tampoco han sabido conectar o a la que, al menos, no han sabido atraer. Y cabe añadir que aunque no venga recogido en sus manifiestos y cartas, también consta que algunos de los sacerdotes del foro, de manera desleal, han presionado a destacados representantes de la curia diocesana para que dimitieran o han llamado a boicotear el proceso de elección de varios vicarios episcopales.
La secularización de la sociedad europea conllevará que, más tarde o más temprano, irremediablemente todas las confesiones cristianas se conviertan en minorías religiosas. Por consiguiente la supervivencia de la Iglesia católica, como la de otras religiones, dependerá tanto de su capacidad para dialogar con la sociedad como de su coraje para conservar sus elementos más sui generis, identitarios y alternativos a los valores dominantes.
Basta decir que «no ha entendido al Foro».
ResponderEliminarEs la forma clásica de desacreditar. Tú planteas un punto y él traza una línea hacia el infinito, en la dirección que más le conviene (progresistas, anglicanos...). Y ahí te machaca.
ResponderEliminarLástima, porque el tío parece inteligente.
Basta decir que para lo que tiene que aportar el foro, el análisis del artículo es muy certero.
ResponderEliminarEn cada posicionamiento desde el nombramiento inicial de vuestro Obispo el número de adhesiones baja, por lo que quizás ya se preste demasiada atención a este "foro" de voces en el desierto, no porque clamen al Señor, sino por el escaso eco que tiene.
Hasta nunca...
PS: Entiendo que al ser democrático el "foro", todo se publica.
No entiendo muy bien la relación entre lo democrático y el, su anonimato.
ResponderEliminarMe parece muy interesante el artículo de Borja. Desde luego el futuro de la iglesia no creo que pase, por suerte, por este foro de curas nada representativo (¿cuantos sois? bueno, no lo ponéis así que nos lo imaginamos) y de edad más que respetable.
ResponderEliminarEn todo caso ojala sepáis formular vuestras propuesta de una forma inteligente para poder aportar al futuro de la iglesia y no ser solo añoranza del pasado.