martes, 23 de octubre de 2018

¿Contra la pederastia o contra la Iglesia?

Escribe en su Blog, Laeto animo (Jue, 01/03/2012)


Jordi Llisterri i Boix (Es Director de CatalunyaReligio.cat, Coordinador de la edición del suplemento Vida Nueva Catalunya y corresponsal de la revista en Catalunya.Es Llicenciado en Ciencias de la Comunicación por la UAB).



Me van a perdonar porque la Iglesia española no la conozco a fondo pero si un poco más la Iglesia catalana. Este domingo el diario El País abre la portada y dedica varias páginas a los casos de abusos de menores entre el clero español. El trabajo periodístico relata que ha localizado 33 condenas de pederastia en España en los últimos 30 años.

Es bien legítimo ante lo conocido (y reconocido) los últimos años en las iglesias del mundo anglosajón y más recientemente de Chile, que nos preguntamos si aquí no ha pasado lo mismo. Estamos en un país con una gran influencia católica y simplemente por una cuestión estadística no se puede descartar.

Esta pregunta la he formulada varias veces los últimos años. La respuesta que siempre he encontrado es que esto no es Boston, ni Spotlight . No hay número tolerable, pero la memoria sobre casos que se han conocido en Cataluña ratifica esta impresión y también da cifras que se pueden contar con los dedos de una o dos manos abriendo la mirada a 30 o 40 años atrás. Los datos de El País no lo desmienten. Poco más de 30 casos en 30 años entre un colectivo que hoy es de 18.000 sacerdotes (teniendo en cuenta que en 30 años el número total de sacerdotes no es una cifra fija y que son muchos más los que han ejercido durante este periodo) .

Hay una explicación razonable para creer que aquí no ha pasado lo mismo que en Irlanda? De entrada, no. Hay algo que explique que hoy en España hay miles de casos tapados que "todavía" no ha salido a la luz? Con todo lo que se ha hablado de este tema durante los últimos 15 años, creo que no. No falta gente que los está buscando. Por lo tanto, nada nos permite negar rotundamente la idea de que España o Cataluña sea un lodazal eclesiástico, ni poner la mano en el fuego por otros, pero más allá de la especulación no hay nada que permita afirmarlo.