Si.
Es a ustedes, Sres. Iceta, Munilla y Elizalde, a los que quiero dirigirme. Lo
hago desde mi posición ajena a cualquier Iglesia, y por tanto, también, a la
que Vds. representan. Pero soy consciente de la importancia de su Iglesia en
una gran parte de nuestro Pueblo. Y es por ello que no puedo permanecer ajeno,
ni a sus silencios cómplices, ni a sus declaraciones contemporizadoras con el
poder político.
Una vez más, y van muchas, están representando con sus declaraciones a una parte de su Iglesia, de sus fieles.
Una vez más, y van muchas, están representando con sus declaraciones a una parte de su Iglesia, de sus fieles.
Unen sus voces, también una vez más, a los que
exigen a ETA, que dé más pasos. Que tiene que disolverse, ya que según ustedes,
ni la declaración de hace cinco años anunciando el fin de su actividad
violenta, ni la que va a producirse el próximo día 8 de abril, con el desarme,
son suficientes. Quieren más y más. ¿Hasta cuando, Sres.obispos? ¿Que será lo
último que ustedes, les pidan? ¿La delación? ¿El arrepentimiento?
Pero dicen más, dicen que «reconocer el daño causado puede encubrir una estrategia política si no hay arrepentimiento».
Veo lógico que ustedes hablen de «arrepentimiento», es la clave en el funcionamiento de su iglesia.
Olvidan que víctimas de la violencia de ETA han repetido, en diferentes ocasiones, que el arrepentimiento es un planteamiento cuasi religioso, y que lo que ellas quieren es justicia y reparación. Que no necesitan el arrepentimiento, para nada.
Pero ustedes, sí, ustedes, se han embarcado en esa dinámica cruel de buscar un escenario de vencedores y vencidos, y en esa actitud, creo que habrá muchos fieles de su iglesia que no se sentirán representados.
Ustedes han renunciado conscientemente a jugar un papel necesario en favor de la consolidación de la paz en nuestro Pueblo. Se han posicionado de parte.
¿Por qué su silencio ante la práctica de otras violencias que se han venido ejerciendo en nuestro Pueblo? ¿Por qué nunca han levantado su voz y han denunciado a ese Poder político y judicial que continuamente está vulnerando los derechos de los presos y presas vascos y sus familias?
Pero dicen más, dicen que «reconocer el daño causado puede encubrir una estrategia política si no hay arrepentimiento».
Veo lógico que ustedes hablen de «arrepentimiento», es la clave en el funcionamiento de su iglesia.
Olvidan que víctimas de la violencia de ETA han repetido, en diferentes ocasiones, que el arrepentimiento es un planteamiento cuasi religioso, y que lo que ellas quieren es justicia y reparación. Que no necesitan el arrepentimiento, para nada.
Pero ustedes, sí, ustedes, se han embarcado en esa dinámica cruel de buscar un escenario de vencedores y vencidos, y en esa actitud, creo que habrá muchos fieles de su iglesia que no se sentirán representados.
Ustedes han renunciado conscientemente a jugar un papel necesario en favor de la consolidación de la paz en nuestro Pueblo. Se han posicionado de parte.
¿Por qué su silencio ante la práctica de otras violencias que se han venido ejerciendo en nuestro Pueblo? ¿Por qué nunca han levantado su voz y han denunciado a ese Poder político y judicial que continuamente está vulnerando los derechos de los presos y presas vascos y sus familias?