Adista
Antes de Benedicto XVI, la última vez que un papa dejó de pilotar la barca de San Pedro, fue hace 600 años, en 1415, con Gregorio XII, en una situación muy compleja y única en la historia de la Iglesia: había tres papas (el considerado legítimo -Gregorio XII- y los antipapas Benedicto XIII y Juan XXIII). El Concilio de Constanza (1414) acordó las dimisiones de los tres, algo que solo fue aceptado por Gregorio el año 1415. El mismo Concilio tuvo que deponer a los otros dos antipapas y, tras un “vacío” de dos años, la situación (y la “sucesión apostólica”) se normalizó en 1417 con la elección de Martin V, que reinó hasta 1431, finalizando el “gran cisma” de la Iglesia de Occidente que se había iniciado 40 años antes, en 1378, con el nombramiento del primer antipapa, Clemente VII.